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El amor en los tiempos del Coronavirus

Por estos días, los cartagüeños y nortevallecaucanos, somos más conscientes que nunca, de la vulnerabilidad de nuestra salud colectiva e individual, debido a la fuerte y temible propagación de un nuevo coronavirus importado de la China, el covid-19. Vaya uno a saber si es otra enfermedad natural o un invento biotecnológico para una futura guerra mundial, desarrollado en algún oscuro laboratorio de armas, destinadas a acabar con la población civil de un país enemigo.

Alcohol y jabón
Fotografía: Iván Darío Villegas Castañeda

Ya en otras épocas, fuimos atacados por toda clase de virus letales, bacterias peligrosas y gérmenes infecciosos, que asolaron el Norte del Valle del Cauca dejando a su paso decenas de miles de víctimas fatales y de cientos de miles de otras víctimas, con alguna afectación, de las más leves a las más perjudiciales.

El dengue, la varicela, la fiebre amarilla, la tosferina, el sarampión, la viruela, gripas de todas las clases, en fin, toda una colección de peligrosas enfermedades contagiosas propias de nuestro entorno tropical y húmedo.
Todas llegaron, crecieron, se reprodujeron, unas desaparecieron gracias a los avances de la medicina, otras perviven con tenacidad negándose a dejar tranquila a nuestra población.

Sin embargo, esas enfermedades contagiosas no han sido la peor plaga, ni la más terrible peste, que ocasionó tantos muertos y desplazados en nuestro territorio nortevallecaucano.

El peor de los virus, la violencia, ha sido la peor de las pestes negras que ha diezmado a nuestra población en los últimos setenta años. Decenas de miles de muertos, cientos de miles de desplazados, miles de afectados en sus capacidades físicas y mentales, pobreza y miseria, desarraigo, emigración, descenso de la población nortevallecaucana, entre otros, son las secuelas de la más letal de las plagas que nos han asolado, no solo en esta región, sino también en todo el eje cafetero.

¿Causas de esa peste negra? La corrupción política, de la que tenemos innumerables, tristes y vergonzosos ejemplos en nuestra historia.

Y no se necesitan laboratorios avanzados con increíbles recursos financieros como los hay, no solo en China, sino también en las otras potencias del mundo, para que esa peste negra de la violencia acabe con una población determinada (que casi siempre es la más pobre y vulnerable); No, solo se necesita un pueblo servil y sin memoria. Y en este país, hay mucho de ambas características.

¿Qué debemos protegernos del Covid-19? ¡Claro que sí! Ni que fuéramos estúpidos.

Pero que importante sería aplicar esa misma estrategia, al elegir a nuestros más altos gobernantes. Dejo ahí, porque voy a lavarme las manos.

Nota aclaratoria
Las opiniones de los columnistas son de su estricta responsabilidad y no representan la opinión de este portal.

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Iván Dario Villegas Castañeda

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